Desde que el coronavirus entrara como un huracán en nuestras vidas velamos más por nuestro propio bienestar, nos hemos hecho adictos al bricolaje y de pura impotencia hemos comenzado a hablar con nuestras mascotas.
El coronavirus ha puesto patas arriba nuestras vidas. Pero, ¿en qué se notan específicamente los cambios solapados a la pandemia? Según un reciente estudio de la agencia de marketing MRM, desde que el COVID-19 entrara como un huracán en nuestras vidas velamos más por nuestro propio bienestar, nos hemos hecho adictos al bricolaje y de pura impotencia hemos comenzado a hablar con nuestras mascotas.
Para emprender este informe, que probablemente dibujará una amplia sonrisa en el rostro a más de uno por su tono alegremente despreocupado, MRM envió cada semana un breve cuestionario de apenas 5 minutos a sus más de 2.000 empleados en todo el mundo.
La agencia procesó a continuación las respuestas de sus trabajadores e identificó estas 5 tendencias:
Las mascotas se han convertido definitivamente en nuestro particular paño de lágrimas durante la cuarentena. El 59% de los consultados está dándole vueltas a la idea de hacerse con una nueva mascota. El 29% de quienes ya son dueños de mascotas confiesan hablar más a menudo con ellas. Y el 14% aprecia ahora más que antes a sus amigos de cuatro patas.
Más allá de en las mascotas, buscamos el confort que nos arrebató vilmente la pandemia en los snacks. Los alimentos que nos proporcionan un índice más elevado de satisfacción son las patatas fritas y las galletas. La fruta sube también enteros, pero no tanto como para ponerse a la altura de los snacks dulces y salados. No en vano, el 44% de los consumidores dicen profesar fervor por los snacks que poco o nada tienen de saludables.
El 51% de los consultados admite haberse acostumbrado a la nueva situación. Aun así, y temerosos de que haya un nuevo rebrote de la enfermedad, el 34% de los empleados de MRM aseguran que seguirán apilando comida con la vista puesta en el futuro (por si las moscas). Y el 27%, por su parte, está considerando la idea de tener su propio huerto para ser autosuficiente desde el punto de vista de los alimentos.
El vacío que los deportes en directo han dejado en nuestras vidas la mayoría lo suplimos con otras actividades. Solo una minoría ve vídeos online de viejas competiciones deportivas. El 21% contempla filmes y documentales de deportes y, pese a la ausencia de partidos, el 26% se declara más fan que nunca del equipo de sus amores.
Casi la mitad de los consultados, el 46%, asegura que ahora practica deporte en lugar de limitarse a contemplarlo a través de la pequeña pantalla (o en su defecto en los estadios).
Aun en momentos difíciles, parece que nos la ingeniamos bastante bien para lidiar con los sentimientos negativos emanados de lo más recóndito de nuestra alma.
El nivel de miedo ha caído del 57% al 40% en las últimas semanas. Y parece que la felicidad de los consultados va remontando poco a poco con la ayuda, entre otras cosas, del autoanálisis y la meditación.
Durante la pandemia hemos desplegado las alas de las autodeterminación y ya no somos tan remolones como antes a la hora de emprender tareas: ya sea cambiar una simple bombilla o coser una mascarilla o abordar labores más complejas como construir un cobertizo para el jardín.
En el confinamiento hemos descubierto el amor por el bricolaje, la decoración, la artesanía e incluso la peluquería (que hemos practicado sin piedad en nuestras propias cabelleras y en las de nuestros familiares).
Por otra parte, el 83% de los consultados se decanta por el coche como su medio de transporte favorito tras la cuarentena. El temor a lugares extraordinariamente concurridos como los aeropuertos, las estaciones de tren y los resorts de vacaciones parece haber echado anclas en nuestra mente (y no se disipará así como así).
Fuente: https://www.marketingdirecto.com