Mucho se viene discutiendo desde hace varios meses acerca de la necesaria ayuda del gobierno nacional para sostener a la actividad turística, y sin dudas que lo han hecho, pero…

Desde que comenzaron a restringirse los vuelos hacia China y Asia allá por el mes de febrero muchos pensaron que se repetiría el escenario creado por el SARS en el 2003, que terminó afectando a sólo seis países, pero que parecía iba a provocar un caos mundial.
A diferencia de aquel virus, menos contagioso y letal, el COVID 19 no sólo no ha podido ser controlado, sino que sigue expandiéndose por el mundo.
El cierre de fronteras, la disminución de las conexiones aéreas, terrestres, fluviales y marítimas, el cierre de hoteles, pensiones, albergues, bares y restaurantes han provocado la abrupta caída de la actividad turística y Argentina no escapó a la crisis mundial.

Como sabemos, sin turistas no hay posibilidad de que las empresas del sector puedan sobrevivir, porque la reconversión no es instantánea y como ya lo dice el varón pampeano: “costos fijos matan negocio”.
Muchas veces hemos resaltado cómo la dirigencia vernácula mostró, por primera vez en su historia, un trabajo en equipo digno de destacar, y desarrolló rápidamente un trabajo con la administración Fernández para que se entendiera la importancia de la actividad en el plano económico y cómo se verían afectados todos los eslabones de la cadena turística.

A pesar de ello, el camino se hace muy largo.

Senadores y Diputados del interior del país, respondiendo fundamentalmente a sus intereses provinciales, comenzaron a darle forma en cada Cámara a diferentes proyectos de Ley de Emergencia para la actividad turística que tristemente fueron avanzando de manera muy lenta en el Congreso Nacional.
A principios de julio parecía que Diputados tenía resuelto el tema con el Dictamen de Mayoría en la Comisión de Turismo del proyecto del Diputado Fernández Patri, que contaba con modificaciones enviadas por el Ministro de Turismo, Matías Lammens, que dejaban de lado la Emergencia para convertirse en un “Plan de Auxilio, Capacitación, Infraestructura y Promoción del Turismo Nacional”.
Muchas cosas quedaban afuera de este proyecto, y las entidades sectoriales reconocieron que el Plan de Reactivación era muy positivo, pero para el “día después”.

Hubo una segunda instancia de discusiones y presentaciones del sector privado en la Comisión de Defensa del Consumidor, del Usuario y de la Competencia, donde consiguió Dictamen por mayoría sin modificaciones, y todavía se espera su paso por la Comisión de Presupuesto y Hacienda que aún no tiene fecha cierta de tratamiento.
Hay que reconocer que en esta instancia ya se habían consensuado con el ministro Lammens algunas de las modificaciones al proyecto y que serían revisadas después de ser promulgada la Ley.

Los días pasan y las respuestas siguen sin aparecer.

Agosto trajo algo de esperanzas y el pasado martes 3 el Senado Nacional comenzó el tratamiento de sus propios proyectos de Ley, impulsados entre otros por Maurice Closs, ex gobernador de Misiones y fuerte candidato a llegar a ser Ministro de Turismo en la fórmula de Daniel Scioli, y Ana María Ianni, quien fuera Secretaria de Turismo de El Calafate y actual senadora por Santa Cruz.
Para acelerar los tiempos legislativos ese día hubo una reunión conjunta de las comisiones de Turismo y Hacienda y Presupuesto, para tratar el proyecto de Ley que consensuaba a los 11 proyectos existentes en la Cámara Alta y de esa manera aprobar el proyecto de “Sostenimiento y reactivación productiva de la actividad turística nacional”.
Más allá de la semántica, sostener hoy a las empresas es el paso más necesario para que éstas se puedan reactivar mañana.
Para alcanzar esta instancia, existió el mismo diálogo que con los miembros de la Cámara de Diputados, pero evidentemente con una mayor compresión por parte de los Senadores acerca de qué iba esta cosa del turismo, porque éstos entendieron rápidamente las necesidades del sector privado, buscando dar respuestas concretas e inmediatas a las dificultades que enfrenta hoy.
Es por eso que las adhesiones a esta Ley no se hicieron esperar y la gran mayoría del sector privado dio su beneplácito, ya que todos coinciden en que es “superadora” y da respuesta a los pedidos realizados oportunamente.
Recordemos que en Senadores existían 11 proyectos propuestos por diferentes sectores políticos que se transformaron en uno solo que conformó a todos.

A veces los políticos también nos pueden sorprender gratamente.