Esta es la dura carta que un operador mayorista le hizo llegar al presidente de la República... francesa, Emmanuel Macron. La misiva tiene la firma de Nicolas Brumelot, presidente de MisterFly, y acusa a los políticos de tomar medidas sin medir las consecuencias. Similitudes y diferencias de una crisis sin fronteras.

Nicolas Brumelot es el presidente de MisterFly, un tour operador francés de éxito, aclamado por todos, que harto de esperar comprensión del gobierno, ha escrito una carta abierta al presidente Emmanuel Macron, en la que le acusa de estar desconectado de la realidad. La publica L’Echo Touristique. Dice así:

Señor Presidente,
[…] Hace una semana que vivo con un profundo sentimiento de tristeza y culpa después del anuncio de despidos en mi empresa. Eso me lleva a tomar mi bolígrafo para contarle lo que siento y lo que pienso. Espero que esta no quede sin respuesta.
Hace una semana, tuve la pesada y dolorosa tarea de anunciar a los empleados de mi grupo que nos vemos obligados a reducir nuestra plantilla (de nuevo) por las consecuencias de Covid-19. Desde entonces duermo mal, me entristece, me da vergüenza y me enfada.
Algunos detalles: la empresa que cofundé y que presido es una agencia de viajes de nueva generación que nació hace apenas cinco años. La compañía ha tenido un éxito espectacular: 540 millones de € en volumen de negocio anual en 2019; numerosos premios; el apoyo de inversores de renombre y 455 puestos de trabajo.
Este éxito se lo debemos a nuestros equipos. […] Formamos un equipo, logramos atraer inversores y nos ganamos la confianza de marcas y socios de prestigio. Incluso hemos sido aclamados por su gobierno como un “nugget tecnológico”, ganador del French Tech Pass. Nuestro mayor orgullo: haber creado 455 puestos de trabajo.
Cuando tienes que separarte de aquellos que han confiado en ti [siento] mucha pena porque, todos los que ya se han ido y todos los que tendrán que irse, no tienen nada que ver con eso y lo siento profundamente. También lamento los clientes que nos han confiado la reserva de sus vacaciones de las que se han visto privados debido a la crisis sanitaria. Tenemos la culpa de la calidad del servicio cuando es uno de los pilares de nuestra promesa y está en el corazón de nuestra propuesta de valor.

Los despidos y el nivel de servicio actual me enojan y enojan porque es consecuencia de medidas decididas por otros y que son culpables de inacción.
Quienes nos gobiernan están desconectados de las realidades.

Culpo a su gobierno por no poder medir las consecuencias de sus decisiones. Nadie mide la utilidad o la eficacia misma de estas medidas. Nadie se hace responsable de las consecuencias de las decisiones. Hay una increíble falta de preparación que sería impensable en los negocios. Por si fuera poco, intenta hacernos creer que la economía [sólo depende de nuestras voluntades, como ha dicho Macron recientemente en un discurso al que hace referencia Brumelot]. Ha terminado de convencerme de que quienes nos gobiernan están desconectados de las realidades. Es el fracaso de todo un sistema que nunca ha sido capaz de reinventarse y adaptarse a los cambios de la sociedad.
Explíqueme ¿cómo bastaría con tener voluntad, para reactivar una industria como la de viajes (agencias de viajes, turoperadores, aerolíneas, hoteleros, cruceros, etc.), que lleva más de seis años estancada debido a las medidas que ha tomado y que hacen prácticamente imposible viajar?

Debe comenzar por tomar medidas para que la industria de los viajes y el transporte vuelva a encarrilarse. Una Europa política ni siquiera es capaz de adoptar medidas sanitarias coordinadas y armonizadas. Esto no se debe a la falta de propuestas de profesionales, aerolíneas y operadores turísticos y sus organizaciones representativas. En otras ocasiones, esta descoordinación haría sonreír. ¡Pero no en tiempos de guerra! Tiene una cita con la historia, nada menos que eso. Por ahora y para la industria del turismo y los viajes en general, esta es una oportunidad perdida.

El tiempo que vivimos, el que nos estás haciendo pasar, es de extrema violencia.
Hay violencia sanitaria con los muertos y los enfermos, la exposición potencialmente mortal de los trabajadores de la salud.

Está la violencia psicológica que acompaña al encierro, restricciones, prohibiciones, exclusión forzada, personas enmascaradas, miedo al otro, ansiedad, estigma, falta de perspectiva …

Hay violencia económica, con cientos de miles de puestos de trabajo ya destruidos, miles de empresas que definitivamente han bajado el telón y miles más que pronto se sumarán a esta terrible y sombría cuenta.

Se producirá un drama humano, social y social inimaginable y aterrador.
Imagínese lo que tiene que soportar un negocio en la industria del turismo y los viajes: meses de bloqueo, cierres de fronteras, restricciones de viaje, parodia de pruebas, cuarentenas, incapacidad para armonizar las condiciones entre países, el anuncio permanente de nuevas medidas, restricciones, condiciones! ¡Así que no es de extrañar que todo el negocio de esta industria haya estado cerrado durante seis meses! Esto provocó un colapso en las reservas de viajes, tan dramático como brutal e histórico. Las acciones tomadas están desangrando negocios en toda nuestra industria y no se está haciendo nada para cambiar eso.

Entonces no, señor presidente, la economía, al menos no la de las empresas, desde luego no la de las muy pequeñas y medianas empresas, y menos la ligada al turismo, no se basa en la psicología como usted afirma. No basta con querer para poder, ciertamente no para volar y llenar aviones, o para hacer que la gente quiera y pueda viajar.

Fuente https://www.preferente.com