A pocos días de la asunción del nuevo presidente argentino, hemos visto algunas marchas y contramarchas en el armado del nuevo gabinete presidencial. Ninguno relacionado con la actividad turística, casi como si no existiera.
Los rumores tienen como eje que deja de ser Ministerio y baja a la categoría de Secretaría o Dirección, dependiendo del Ministerio del Interior o de Cancillería, nada más. Ningún nombre.
Ante eso, el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, y varios dirigentes del sector, aseguran que no importa tanto el rango que tenga, lo importante es que no se pierda en la burocracia del Estado lo mucho y bueno que produce la actividad para las economías regionales.
Al contrario de sus pensamientos yo creo que sí importa, y mucho.
En nuestro país la actividad turística depende del Estado nacional porque nuestra infraestructura es pobre y deteriora no sólo al turismo, sino también a todas las economías regionales.
Las inversiones en obras públicas que se requieren sirven a la actividad turística porque mejoran la vida de las personas de cada región.
Las infraestructuras requeridas son rutas, puentes, conectividad, electricidad… no es dinero para construir hoteles, restaurantes o parques temáticos que luego explotará el sector privado. El Plan 50 Destinos es un claro ejemplo de esto y se realizaron obras en todo el país. Si no me creen búsquenlo en Google.
Mi conclusión es que la falta de conocimientos de los alcances económicos del turismo, como negocio genuino, es absolutamente desconocido para los futuros funcionarios; y por eso es ignorado.
Uno de los ejemplos más claros de inversión y recuperación de fondos fue el Plan Previaje, la inversión más importante qué hizo el Estado argentino en Turismo en toda su historia y absolutamente desconocida por el gran público.
El Previaje no fue un plan creado para que viajen los ricos, como dijeron algunos, fue para que la actividad turística se pusiera en marcha nuevamente y permitiera que mucha más gente volviera a tener trabajo después de la pandemia.
En 2020, tras la pandemia, la mayoría de los argentinos estábamos encerrados y el turismo prohibido en nuestro país.
En ese momento, en Argentina y el mundo, se pudo ver claramente lo que la actividad turística significaba para las economías de los países. Aviones en tierra, aeropuertos cerrados, hoteles, restaurantes, museos, cines y teatros sin movimiento alguno.
La pandemia no pasó desapercibida para ningún Estado del mundo y cada uno la sorteó como pudo. Algunos mejor, otros peor, sus economías marcaron el camino a seguir.
En nuestro país, a través del ministerio de Turismo se creó el Plan Previaje, que rápidamente consiguió que las economías regionales se comenzaran a recuperar.
Buenos Aires, Bariloche, Puerto Madryn o Puerto Iguazú, sin turistas, eran destinos desiertos, donde los habitantes del lugar no alcanzaban para sustentar económicamente a los emprendimientos privados locales. Esto produjo pérdidas de puestos laborales y empobrecimiento.
Previaje, en sus 5 ediciones, permitió que más de 7,5 millones de personas redescubrieran el país.
Sin dudas, muchos con un alto poder adquisitivo que lo aprovecharon, y bienvenidos sean; pero resulta que en los establecimientos 5 estrellas también había empleados que necesitaban trabajar para llevar el sustento económico a sus familias. Lo mismo sucedía en bares, restaurantes, hostels, cabañas, hoteles de menor categoría o simplemente guías turísticos y transportistas.
La millonaria inversión total de Previaje fue de cerca de 290 mil millones de pesos, de los que más del 80% se recuperaron a través de la recaudación impositiva. Es decir que regresaron a las arcas del Estado más de 230 mil millones.
Para aquellos que no lo saben, este Plan obligó al sector a formalizar sus operaciones y la recaudación aumentó de manera instantánea.
Pero además, generó ingresos en las regiones por valor de $ 792 mil millones, triplicando la inversión.
De esta manera el turismo fue la actividad que más rápidamente se recuperó, generando puestos de trabajo perdidos y nuevos emprendimientos privados.
Ignorar a la actividad turística es complicado, es no tener en cuenta la cantidad de gente que va a quedar fuera del circuito laboral en poco tiempo si no se trabaja con ella.
Sin ánimos de polemizar, y con todo respeto señor Presidente Electo Javier Milei, tal vez sería un buen momento para conocer los alcances del negocio turístico para las economías regionales, creo que se pierde una variable que mucho puede ayudar al momento histórico que vive Argentina hoy.