El turismo se ha convertido en los últimos años en la gran punta de lanza de España. Tras el covid, el sector ha vivido un auténtico despegue que lo ha catapultado a unos 200.699 millones de euros de aportación a la economía. Es decir, solo esta actividad representa el 12,6% de todo el PIB del país y, sin su auge, es prácticamente imposible entender el crecimiento del PIB en los últimos años. Pese a que parece que las llegadas se estabilizarán un poco tras el violento repunte de viajeros estos años, el país ibérico seguirá consolidándose y marcará un hito inesperado hace no tanto: desbancar a Francia y convertirse así en la mayor potencia turística de todo el planeta.
Así lo defiende el último informe de Oxford Economics que, en sus perspectivas del sector turístico de cara a 2026 y posteriormente, comenta lo siguiente: "Si bien actualmente no prevemos que España supere inmediatamente a Francia, su continua popularidad como destino vacacional asequible implica que las llegadas seguirán convergiendo con Francia. Esto provoca que sea realmente posible que España se convierta en el mayor destino turístico del mundo en los próximos años".
Actualmente hay una leve diferencia entre ambos pese a la gran distancia que llegó a haber en la pasada década y que parecía insalvable. Según las previsiones de la Mesa del Turismo, España se quedará a muy poco de las 100 millones de llegadas en 2025. Una cifra que Francia ya rebasó en 2024 y pareció encontrar su techo cerca de los 101 millones de turistas. La distancia entre ambos países está en un puño, pero, mientras el país galo parece acercarse a su techo, el ibérico tiene más gasolina en la recámara.
Desde Caixabank, por ejemplo, creen que, si bien el sector turístico crecerá un 2,7% en 2025 tras dispararse en años anteriores (un 6% en 2024 y un 7,9% en 2023), seguirá al alza por encima del crecimiento general del país. "En 2026 prevemos una aceleración del turismo con un crecimiento de su PIB de un 3,2%". La firma explica que esto se debe a que una economía "mejorada" en la eurozona provocará que grandes emisores de viajeros, como Alemania, Italia o la misma Francia, puedan seguir alimentando sus viajes al país. "La evolución positiva en las economías europeas fortalecerá el poder adquisitivo de los turistas potenciales, incrementando así la demanda de viajes hacia España".
Exceltur espera, por su parte, un PIB turístico del 2,8% para este año. Sin embargo, en su caso señalan una acusada relajación del 'turismo de venganza', el boom de visitantes a raíz de los ahorros que generó la pandemia. "El turismo ya no es el principal dinamizador de la economía española", afirmó en rueda de prensa el vicepresidente de Exceltur, Óscar Perelli, añadiendo que el sector ya no superará con creces el crecimiento económico previsto para España, del 2,6%.
España ya ha ejercido una gran 'remontada' contra Francia. "En 2010, el número de visitantes internacionales a España era un 31% inferior al de Francia, pero esta diferencia se ha reducido al 6%, gracias al crecimiento de las aerolíneas de bajo coste y la proliferación de agencias de viajes online (OTA), lo que ha mejorado la oferta de paquetes vacacionales asequibles", comentan desde Oxford Economics.
Según el World Travel & Tourism Council, el sector puede esperar una década muy positiva. "De cara a 2035, el WTTC proyecta que el sector turístico podría alcanzar una aportación de 315.700 millones de euros al PIB, lo que representaría más del 17% de la economía española, así como 4 millones de empleos, 700.000 más que en la actualidad". Un auge que le permitiría "liderar el turismo global".
Detrás de estas buenas cifras está, según Caixabank, una demanda estructural internacional más sólida. En ese sentido, mientras que Francia refleja un mercado más maduro, los mercados emisores más prometedores como EEUU, Reino Unido y los asiáticos, siguen creciendo. Incluso "aunque el efecto pospandémico se agote", todavía se cuenta con factores clave. Entre ellos destaca "la estabilidad geopolítica de este país frente a sus destinos rivales (mediterráneos) y sus principales países emisores cada vez con más renta disponible. Se está dando un aumento de la renta bruta disponible tanto en la misma España como en los principales emisores".
Por qué España seguirá creciendo
Más a largo plazo, "el crecimiento de la clase media en muchos países de origen puede convertir el turismo español en un motor de crecimiento a largo plazo". A esto hay que sumar la desestacionalización que vive el sector. España está capturando mucho potencial de crecimiento en zonas de interior que no eran zonas turísticas. "Las tendencias demográficas (mayor esperanza de vida, envejecimiento de la población) y la consolidación de nuevas formas de trabajo sugieren que seguiremos observando tasas de crecimiento más fuertes en temporada baja que en temporada alta".
Esto no solo ofrece un gran potencial de crecimiento para España sino que ejerce un 'círculo virtuoso' para la industria. Hasta ahora, todo el esfuerzo de la industria se basaba en mantener una infraestructura turística destinada a unos pocos meses del año. Ahora, con unos visitantes algo más repartidos a lo largo del año, esto genera grandes beneficios para el sector y permitirá una mayor inversión y, potencialmente, mejores resultados. "Esto contribuirá a reducir la infrautilización de la infraestructura y, por lo tanto, mejorar el crecimiento a largo plazo y aumentar la calidad del empleo".
Sin embargo, hay grandes amenazas para que estos factores estructurales no se materialicen. En el balance anual de la Mesa del Turismo, su presidente, Joan Molas, calificó este año como "el mejor de la historia". Comentaban que el futuro aguarda "un crecimiento moderado pero sostenido". Sin embargo, matizaban que este crecimiento se basa en el supuesto de que España no se vea demasiado lastrada por el auge de nuevos destinos en el Mediterráneo. Al 'sol y playa' barato sobre el que España ha construido su gran éxito le están saliendo rivales que replican esa fórmula. Destacan destinos como Grecia, Chipre, Turquía o Ucrania, que ya viven enormes incrementos de la demanda, con nuevos contendientes como Albania o Montenegro.
Sin embargo, si España se mantiene, según Molas, podría tener margen para crecer con el paso de los años hasta los 120 millones de turistas al año. Esto se daría gracias a un turismo más repartido a lo largo del año y no concentrándose en el verano, una tendencia que ha venido dándose en los últimos años, donde el país ibérico está siendo capaz de captar nuevos tipos de visitantes. Si logra consolidarse, se podrá lograr el gran hito que hace unos años parecía inalcanzable pero que hoy está al alcance de la mano: una España líder en visitantes a nivel mundial desbancando a Francia.
Por Alvaro Moreno para https://www.eleconomista.es/transportes-turismo/noticias