Desde que el mundo escuchó por primera vez hablar del Coronavirus en la ciudad de Wuhan, China -que después fue bautizado con el nombre científico SARS-CoV-2 o Covid-19-, la disparidad de criterios se ha transformado en un lugar común para quienes comunican.
Que cuarentena sí, que cuarentena no; que uso de barbijo sí o que mejor no; que el virus era muy contagioso o no tanto; que había que cerrar fronteras o no las cerramos; que aviones sí que aviones no y muchos etcéteras más.
Eso nos trajo a la Argentina casi 230 días en que la vida tomó un rumbo totalmente extraño. Encierros más o menos estrictos, oficinas y escuelas cerradas, salidas a la calle con días y horarios preestablecidos y las consecuencias de una economía que se detuvo casi totalmente provocando una crisis que se extenderá más allá del tiempo de la pandemia.
Después de más de 7 meses nuestro país enfrenta una nueva realidad. Apertura parcial de fronteras, permiso para programar temporada de verano en destinos turísticos nacionales, retorno de vuelos regulares, micros y trenes de media y larga distancia, pero…
Siempre tenemos un pero en la vida de los argentinos, esta vez es la enorme variedad de criterios para desplazarnos por el país con medidas de control que varían de una provincia a la otra.
Sin ir más lejos, el Ministerio de Transporte nos avisa que desde su página web podremos ver “actualizado diariamente” qué requisitos pide cada provincia para ingresar y permanecer en su territorio.
En realidad, se parece bastante a una prueba de ingenio consensuada entre los gobernadores de las 24 provincias argentinas, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el gobierno nacional. ¿Será para no aburrirnos mientras pensamos cómo llegar al destino elegido? ¿O será que les resulta muy difícil ponerse de acuerdo?
Como decíamos al comienzo, la disparidad de criterios no es sólo argentina, la Unión Europea pide a gritos desde hace meses que los países integrantes de la Comunidad tengan criterios comunes. Lo mismo reclama IATA con sus pedidos a las aerolíneas y aeropuertos, y la WTTC ruega a sus asociados que busquen uniformidad en protocolos y medidas de seguridad para que haya certezas y no incertidumbre a la hora de programar un viaje.
Aparentemente la vacuna comenzará a inmunizar a millones de personas en el hemisferio norte en los próximos meses, ¿Cuántos meses?
Pensar que para nuestro verano los pasajeros que se trasladen por el país y el mundo estarán vacunados suena a hacer futurología sin bases ciertas.
En el mientras tanto, ¿será un test PCR negativo la solución universal?
Lo que sabemos hasta ahora es que la actividad turística necesita soluciones de fácil resolución, de manera rápida y universales. Puede ser una APP, un Test o una declaración jurada, pero con uniformidad de criterios. De otro modo el turismo se volverá un juego de azar que no le conviene a nadie.