En España y Grecia, ya hace varias semanas que la actividad turística está permitida, sin embargo el panorama es bien desalentador: pocas ventas y escasa ocupación hotelera.
De acuerdo a los datos proporcionados por la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM) en estos momentos solamente hay 100 de sus 322 establecimientos abiertos y la ocupación media no supera el 22%, aunque ha mostrado un leve crecimiento.
Para AEHM, el sector está viviendo “ligeros movimientos” y la situación es un poco mejor de lo que se esperaba para el mes de julio.
En estas semanas la ocupación media subió del 21% al 22%, cuando en circunstancias normales en pleno verano la ocupación, con todos los hoteles abiertos, rondaría el 40-50%, ha informado la Asociación.
Los turistas que se están alojando en los hoteles madrileños son principalmente nacionales y llegan a la Comunidad por motivos laborales más que de ocio, lo cual va en sintonía con el informe publicado por HOSTELTUR que señala que casi siete de cada diez españoles (69%) no piensa viajar por ocio en los próximos 6 meses.
En el caso del turista internacional, los hoteleros de Madrid observan que están tardando en volver.
De los establecimientos que se han reabierto los que menos se animan son los de 5 estrellas, ya que de los 30 que aglutina la Asociación solamente han vuelto a la actividad 4 o 5.
En función de la demanda, muchos hoteles tienen previsto retomar sus operaciones a finales de agosto o principios de septiembre, pero eso también dependerá de cómo se reactive la celebración de congresos en Madrid, que atrae a un alto porcentaje de clientes.
Para los países pobres del Mediterráneo, lo fundamental es que el turista los visite. Después ya verán qué le venden. Pero sin turistas, poco se puede hacer. Con esta filosofía, Grecia, que ve que no hay manera de recuperar los volúmenes de viajeros mínimos, ha optado por bajar los precios en busca de clientes. En algunos hoteles, el precio está en los 12 euros la noche por persona, en pleno julio o agosto.
Grecia está totalmente abierta al turismo desde el 1 de julio. Lo había anunciado suficientemente pero se ha encontrado con que los clientes no responden. Como norma, se puede afirmar que los hoteles abiertos tienen precios que son entre un 40 y un 50 por ciento inferiores a los habituales para estas fechas.
Estos son precios de ayer mismo: Rodas, 13 euros por persona, por noche; Kos, 12, y una semana de estancia en Creta cuesta 20 euros por persona y noche.
Las autoridades griegas no están haciendo tests de coronavirus masivamente pero informan que se reservan el derecho a hacerlo, si en algunas pruebas comprueban que el número de pasajeros con virus es elevado. El gobierno ha insistido en que no tendrá dudas en cerrar las fronteras de nuevo si el riesgo del virus reaparece.
En todo caso, Grecia –como casi todo el Mediterráneo– empieza a tener claro que el verano se ha perdido y que la escasa presencia de turistas no bastará para pagar los gastos de intentar mantener las instalaciones abiertas.
El último esfuerzo griego en este sentido, también inútil, ha sido bajar el IVA de muchos bienes y servicios desde el 24 al 13 por ciento.
Las expectativas del Gobierno, no obstante, eran diferentes. Se pensaba que habría una demanda bastante superior a la que finalmente están viendo. Ni las islas más prestigiosas y deseadas, como Santorini, se libran del tono apagado de la temporada.
Aunque la crisis del Covid-19 está causando estragos en toda la economía española, su incidencia en el sector del turismo es especialmente devastadora. Ninguna rama de actividad se está viendo castigada con tanta crudeza como aquellas vinculadas al turismo, situación que ya se ha cobrado sus primeras víctimas y que podría desencadenar una oleada de despidos y quiebras en caso de que no exista un plan estatal contundente y eficaz.
Además de los empresarios y directivos del sector, que llevan advirtiendo del derrumbe histórico de las ventas, los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) evidencian la situación dramática que atraviesan. Agencias de viajes y turoperadores, por ejemplo, cerraron el pasado mayo con un desplome de ingresos del 93,8%. Es decir, vendieron en dicho mes un 6,2% de lo que venía siendo habitual para esa época del año.
La variación es todavía más negativa en el sector del alojamiento, donde se produce un desplome del 96%, con un 4% de los ingresos en comparación con los alcanzados en mayo de 2019. También figuran entre los segmentos más afectados por la crisis del coronavirus el transporte aéreo, con una tasa negativa del 83,3%, y la restauración, con una bajada de ventas del 83%.
En su conjunto, el sector servicios, con un peso aplastante en la economía española y del que forman parte todas las actividades vinculadas al turismo, cierra mayo con un descenso de ingresos del 33,6%. Por lo tanto, agencias de viajes y alojamientos sufren una caída el triple de intensa que la media. Algo similar ocurre en el periodo acumulado, con una bajada de ingresos del 18,5% en el sector servicios, frente a los derrumbes del 56,8% y del 57% de agencias y alojamientos, respectivamente.
Como ha publicado Preferente, la situación de las agencias de viajes no ha mostrado grandes mejorías en junio y lo que va de julio. Según han asegurado directivos de grandes redes a este digital, la facturación diaria actual ronda el 90% menos que en julio de 2019, es decir, una décima parte de lo que debería ser normal para esta época del año.
Fuentes: https://www.hosteltur.com; https://www.preferente.com