La dudaacerca de cuándo comenzaran a operar en nuestro país los vuelos de cabotaje einternacionales es la medida más esperada de todas las que deben tomar enconjunto el Ministerio de Transporte y la ANAC.

El refrán dice “siempre que llovió paro”, nosotros lo podríamos adaptar libremente a “siempre que nos dijeron que comenzaríamos a volar, se postergó”. Tal vez vuelva a suceder. Diría el mago Tu Sam: “Puede pasar”.

Si observamos con detenimiento, esta tragicómica situación es creada por funcionarios -de ayer y de hoy- con CERO experiencias en el desarrollo de la conectividad aérea, terrestre, fluvial y marítima de nuestro inmenso país, con lo cual el no plan esté condenado una vez más al fracaso.

En los últimos días se escucha y se lee por aquí y por allá la palabra de “verdaderos especialistas” especulando sobre cuáles serían las razones de por qué las compañías aéreas reducen sus frecuencias o se retiran temporalmente de los cielos argentinos. En la mayoría de los casos la responsabilidad citada es la mala gestión de los funcionarios elegidos por el presidente Alberto Fernández. ¿Será?

Sin temor aequivocarnos podemos afirmar que la realidad es mucho más cruda que la larga ytriste cuarentena que estamos soportando los sufridos argentinos.

Y es asíporque mucho tiene que ver la Revolución de los Aviones tan promocionada por laadministración Macri y ejecutada por Guillermo Dietrich, a lo que se le suman lostemores de los funcionarios actuales, cuyo desconocimiento en la materia losamedrenta ante la mínima insinuación de que los aviones serían lostransportadores de nuevas epidemias causadas por el Covid 19. Es cierto, pero sise utilizan los protocolos adecuados -que ya se aplican en buena parte delmundo-, volar en avión es uno de los momentos más seguros en la vida de losviajeros a lo largo y a lo ancho del planeta.

Por lo tanto, es por lo menos dudoso que sea la aviación comercial la responsable de una posible catástrofe de contagios como ciertos opinólogos nos dicen por ahí.

Es ciertoque se deben respetar los protocolos sanitarios, pero… al que le quepa el sayoque se lo ponga, porque muchos de aquellos que se quejan de la cuarentena hoy estánsiendo tratados como contagiados de Covid 19.

Por otrolado, las líneas aéreas que se retiran del mercado argentino, no se están yendopor las demoras en la toma de decisiones que sabemos padecer por estos lares, opor temor a un corralito.

Se estánretirando porque Argentina está muy cerca del culo del mundo, con un mercadoaerocomercial autóctono muy chiquito en la escala de volumen del negociomundial como para mantener las rutas de Air New Zealand, Qatar o Emirates.

Podríamosagregar a Latam Argentina, que deja de operar fundamentalmente porque la casamatriz se cansó de perder muchos millones de pesos ante la mala gestión delgobierno anterior en temas tan susceptibles como los manejos sindicales y la aperturade los cielos argentinos sin medir las consecuencias.

Para losmemoriosos, algo parecido sucedió también en el 2001/2002, épocas en las quenuestro país estaba debajo de la alfombra, y sin embargo regresaron todas las aerolíneasque se habían ido.

Hoy la situaciónes un poco diferente, las aerolíneas se van o reducen frecuencias porque no haypasajeros, ni acá ni en el mundo, y recortar gastos es lo primero que hacen losadministradores para intentar salvar sus empresas.

Es muy fácil achacarle a la cuarentena interminable los males que vive el país hoy, y los que verdaderamente conocen cómo son las cosas -entre otros podríamos mencionar a algunos políticos que acostumbramos votar y sus asesores-, saben muy bien que este es el resultado de muchos años de hacer las cosas mal. Muchos, ni cuatro ni doce. Muchos más, que hacen que nuestro país atrase en materia de transporte.

Si todos nossinceráramos un poco, seguro que viviríamos en un país más normal, que es loque nos está haciendo falta, pero parece que a ciertos sectores no les conviene. ¿No le parece?